Mi decisión de compartir con ustedes nuestra hermosa bandera argentina obedece a un intento humilde de contribuir para contrarrestar la tristeza, la revancha, la violencia, la intransigencia, la falta de diálogo, los insultos, las patotas, las medidas de fuerza, la extorsión, y todos los lamentables sucesos que vienen ocurriendo en nuestro país desde que hace veinte días se dispusiera el aumento de las retenciones a las exportaciones de soja y girasol.
La lucha entre clases es antihumana y suicida, es un concepto muy equivocado que ha inspirado los crímenes más nefastos de la historia humana. La lucha social es una falacia, ya que los elementos de una sociedad son complementarios antes que antitéticos: no puede una parte renegar de la otra, ya que ambas contribuyen al todo. Campo, Gobierno, Trabajadores, Profesionales, Camioneros, Estudiantes, todos y cada uno de ellos son antes que nada Argentinos, seres humanos y hermanos. Debemos dejar los insultos y los epítetos con connotaciones negativas que sólo profundizan las heridas.
Falsas disyuntivas entre mayor libertad y mayor igualdad provocan un quiebre en el tercer elemento de la sabia trilogía de la Ilustración: la fraternidad. No debemos perder la fraternidad en ningún momento.
La economía necesita de la fuerza productiva del agro, ya que nuestras tierras están beneficiadas por la geografía para poder producir -en conjunto con la aplicación de tecnologías- una superproducción de granos y otros alimentos básicos. Asimismo, el agro necesita de la regulación del mercado, de la mano de obra calificada, de una industria que le provea las maquinarias, las semillas genéticamente modificadas, combustibles, ect. El espiritu de cooperación debe volver a reinar en las relaciones entre distintos sectores sociales y económicos. Capital y trabajo deben reconciliarse.
Cooperar es la mejor manera de resolver diferencias en puntos de vista, distintas opticas y/o intereses legítimos. La cooperación permite una componenda armónica y serena de un espíritu solidario y con miras de progreso material.
Con la imagen de nuestra Querida Enseña Patria también debemos siempre recordar y rendir homenaje a todos aquellos hermanos que lucharon en la Guerra de Malvinas, dando su vida con gran valentía por todos nosotros.
La lucha entre clases es antihumana y suicida, es un concepto muy equivocado que ha inspirado los crímenes más nefastos de la historia humana. La lucha social es una falacia, ya que los elementos de una sociedad son complementarios antes que antitéticos: no puede una parte renegar de la otra, ya que ambas contribuyen al todo. Campo, Gobierno, Trabajadores, Profesionales, Camioneros, Estudiantes, todos y cada uno de ellos son antes que nada Argentinos, seres humanos y hermanos. Debemos dejar los insultos y los epítetos con connotaciones negativas que sólo profundizan las heridas.
Falsas disyuntivas entre mayor libertad y mayor igualdad provocan un quiebre en el tercer elemento de la sabia trilogía de la Ilustración: la fraternidad. No debemos perder la fraternidad en ningún momento.
La economía necesita de la fuerza productiva del agro, ya que nuestras tierras están beneficiadas por la geografía para poder producir -en conjunto con la aplicación de tecnologías- una superproducción de granos y otros alimentos básicos. Asimismo, el agro necesita de la regulación del mercado, de la mano de obra calificada, de una industria que le provea las maquinarias, las semillas genéticamente modificadas, combustibles, ect. El espiritu de cooperación debe volver a reinar en las relaciones entre distintos sectores sociales y económicos. Capital y trabajo deben reconciliarse.
Cooperar es la mejor manera de resolver diferencias en puntos de vista, distintas opticas y/o intereses legítimos. La cooperación permite una componenda armónica y serena de un espíritu solidario y con miras de progreso material.
Con la imagen de nuestra Querida Enseña Patria también debemos siempre recordar y rendir homenaje a todos aquellos hermanos que lucharon en la Guerra de Malvinas, dando su vida con gran valentía por todos nosotros.
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