jueves, 18 de diciembre de 2014

Inminente reconciliación: Argentina y la economía de mercado



En poco menos de un año, el poder presidencial cambiará de manos en nuestro país.  Aún desconocemos a quién Cristina Kirchner entregará la banda presidencial, pero a esta fecha existen tres candidatos con enormes chances de ganar la elección, en un pie de igualdad en cuanto a intención de voto; ellos son Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Masa.

De mantenerse las tendencias cada uno de ellos alcanzaría aproximadamente un 30% de los votos en octubre, y con ello estaría logrando el ingreso de un considerable caudal de legisladores de su sector, para luego definirse la elección presidencial en la segunda vuelta.     

Dada la fuerte tradición presidencialista en nuestra república, y teniendo en cuenta que quien gane el ballotage estará consiguiendo un respaldo extra por parte del electorado, el próximo ciudadano que ocupe el Sillón de Rivadavia sin dudas tendrá la posibilidad de marcar una nueva impronta en la conducción de los destinos del país. Por ello, es razonable preguntarnos cuál será la variable más factible que se reajuste con la nueva administración.

Una manera de intentar contestar tal interrogante de la forma más certera posible será encontrar cuál es el denominador común entre todos estos candidatos, tanto en su discurso y en su praxis.  Los tres líderes son jóvenes y han tenido gestiones con cierto éxito.  También los tres comparten una vocación por el diálogo y no son agresivos en sus discursos.  No obstante, considero que lo más importante que tienen en común es una predisposición hacia el mercado o la economía de mercado que marca una trascendental diferencia con la posición de la actual gestión.

Bajo los gobiernos de Néstor y Cristina sin duda alguna han sucedido numerosos cambios que podríamos calificar como revolucionarios. Se han incrementado las libertades civiles, se ha llegado un mejor reconocimiento y protección de las minorías, las políticas sociales han sido inclusivas y comprensivas de casi todos los sectores de la población.  En síntesis, podemos afirmar que se ha reforzado y reconstruido con éxito el sistema de seguridad social del estado.  Se ha incorporado con la eficiencia nuevas tecnologías a tal fin con el objetivo de no dejar a ningún argentino en el desamparo.   En materia económica, es importante la reducción de la deuda externa y la recuperación de una industria estratégica como YPF.

Sin embargo, quizás inducida por algunos preconceptos ideológicos, la administración actual ha tomado algunas medidas que vislumbran cierta desconfianza con economía de mercado y el libre comercio, incluso llegando a dañar con ciertas trabas al comercio regional y se ha resentido el incipiente proceso de integración económica con nuestros vecinos más próximos. 

Por el contrario, los presidenciables se muestran libres de tales prejuicios ideológicos, y ello nos augura que la política económica del próximo ciclo estará en óptimas condiciones corregir algunas medidas que bienintencionadas en sus propósitos, por su afán contrario a la teoría y ciencia económica, lograron un efecto contrario y adverso, quitando competitividad a la producción nacional, entorpeciendo la posibilidad de exportar los productos al exterior, y frustrando el nacimiento del espíritu empresario y emprendedor que es el más dinámico generador de riquezas en una economía.    
Sería un error identificar a una postura más amigable al mercado con lo sucedido en los años 90. En ese entonces, las privatizaciones marcadas por la corrupción, la improvisación en la apertura súbita de mercados sin un mínimo cuidado de la producción nacional, y sin un sistema de seguridad social que atempere las drásticas consecuencias de un cambio tan radical, han logrado que el argentino promedio tenga cierto recelo hacia mayores libertades en la economía.

Pero ello resulta alejado de la realidad: justamente son los países que han abrazado la economía de mercado quienes mayor prosperidad han logrado para sus habitantes.  Estados Unidos, Europa Occidental, los tigres del sudeste asiático, incluso China "comunista", todos ellos florecieron gracias a la economía de mercado y la apertura hacia el mundo globalizado.  En nuestra región ha sucedido lo mismo, y hoy quienes ostentan un crecimiento más sólido y han mejorado en mayor sus indicadores sociales son aquellos vecinos que han encontrado su lugar en la economía libre de la era de la información. 

Todo ello lleva a pensar que a partir de 2015 Argentina comenzará a reconciliarse con la economía de mercado, colocándose nuevamente en condiciones de mejorar su competitividad, permitir que progrese el espíritu emprendedor y se despliegue todo el potencial de nuestra gente y nuestros recursos.

Patricio E. Gazze

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